Según un estudio de la Escuela Médica de la Universidad de Vermont (EEUU), el entrenamiento musical ayuda a los pequeños a centrar su atención, controlar sus emociones y a disminuir su ansiedad. Los científicos concluyen que la práctica musical puede ayudar psicológicamente más a algunos niños que un tratamiento médico y que, por tanto, debería generalizarse desde la infancia.