Menarini Argentina cierra sus operaciones
La compañía anunció formalmente ayer esta determinación en el ámbito del Ministerio de Trabajo de la Nación cuando mantenía una reunión a raíz de desvinculaciones laborales.
La decisión estuvo a cargo de la casa matriz luego de evaluar las hostiles condiciones del mercado local para permitirle operar a las compañías extranjeras.
La firma entendió que la imposibilidad de girar divisas al exterior, las limitaciones a la importaciones de productos, los altos niveles de inflación que inciden directamente en los costos a la vez que las restricciones de trasladar estas subas a precios, formaron una conjunción que tornaron a la operación como inviable.
El laboratorio Menarini que se había instalado en el país en el año 2001 facturaba cerca de u$s 16 millones anuales, empleaba al momento alrededor de 100 personas y tenía su sede central en el barrio porteño de Coghlan.
Desde diciembre de 2012 la compañía estaba acéfala luego de que no reemplazara a Fernando Fogarín, quien dio un paso al costado después de un año y dos meses de gestión.
Las principales líneas en las que estaba concentrada la compañía eran cardiometabolismo y dolor y sus principales marcas eran el analgésico Enantyum, el antihipertensivo Nebilet y el antiespástico Spasmoctyl.
Por fuera de Menarini, la pregunta que queda planteada es si otros laboratorios pueden imitar esta decisión evaluando el actual contexto macroeconómico.
Pharmabiz preguntó a distintas fuentes del mercado quienes consideraron que los laboratorios de mayor estructura y que están enfocados en productos especiales, tales como oncológicos, inmunosupresores, vacunas y otros, tienen diferente margen de maniobra debido a los beneficiosos profits y a las compras por volumen asentadas en la seguridad social y en las licitaciones públicas.
Es muy distinta la situación para las empresas de pequeño porte como Menarini que están centradas en la venta de productos de primary care, terreno en el que los laboratorios nacionales mantienen un fuerte liderazgo.