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La industria farmacéutica alza su voz en la quinta ronda del Tratado Transatlántico

La quinta ronda de negociaciones del Tratado de Comercio e Inversión (TTIP) que negocian la Unión Europea y los Estados Unidos se desarrolló a finales de mayo en Arlington, Virginia, con conclusiones productivas para el sector farmacéutico. Se trata de uno de los ámbitos en los que se ha pasado de la discusión de un marco conceptual a la definición de ideas concretas, según confirmó el representante comercial estadounidense Michael Froman.

El entendimiento entre ambas partes es firme en las cuestiones prioritarias que deben ser resueltas, y la cita también fue clave para exponer la visión del sector.En ella participaron la Efpia y su hermana norteamericana, la PhRMA, para resaltar el valor que las compañías biofarmacéuticas innovadoras aportan a las economías y a los pacientes en ambos lados del Atlántico, y para insistir en por qué a su juicio, el TTIP debe garantizar una protección "eficaz" de la propiedad intelectual, así como el acceso de las innovaciones al mercado y una armonización normativa.Las cifras incluidas en la presentación de la industria farmacéutica respaldan, a su juicio, la necesidad de que el acuerdo final incluya disposiciones en esos ámbitos.

Las medidas concretas se han materializado en una supuesta 'lista de deseos' de la industria farmacéutica (supuesta, porque las negociaciones son secretas) que en las últimas semanas ha sido filtrada por organizaciones de la sociedad civil.Preguntada al respecto, la Efpia no ha desmentido que ese listado responda a la realidad, pero defiende el derecho del sector a realizar sus aportaciones, como todos aquellos con los que los negociadores del TTIP mantienen un contacto regular.

Efpia, por ejemplo, lo hizo el 14 de marzo, entre otros muchos grupos de interés. La Comisión Europea, de hecho, ha mostrado interés particular en el ámbito de la salud pública, motivo por el cual ha establecido un Comité Consultivo, en el que la Alianza Europea por la Salud Pública (EPHA,) ha sido llamada a representar los intereses del sector.

Una cuestión de acceso

El interés de las patronales farmacéuticas europea y estadounidense en torno al Tratado de Comercio e Inversión Transatlántico parte de una necesidad compartida con los negociadores del convenio: la de buscar una mayor compatibilidad entre los regímenes reguladores de ambas zonas, de cara a incrementar la eficiencia y agilizar el proceso de revisión de medicamentos, lo que redundaría en un acceso más rápido a los nuevos tratamientos innovadores para los pacientes.

Pero la industria farmacéutica es consciente de que determinados 'bloqueos' nacionales pueden enturbiar ese acceso. Por este motivo, buena parte de las disposiciones que aparecen en su 'lista de deseos' hacen también referencia a cuestiones relativas a las decisiones de precios y reembolsos de los estados.

La filosofía de estas solicitudes redunda, entre otras cuestiones, en limitar el impacto del Sistema de Referencia de Precios Internacional; en acotar temporalmente el margen que los gobiernos tienen para adoptar las decisiones de precios y reembolsos, y garantizar que estas decisiones valoran adecuadamente las innovaciones y el valor que ofrecen. Precisamente en relación a este punto orbita una de las cuestiones más polémicas del Tratado.

Protección de inversores

Las negociaciones apuntan a que el Tratado irá acompañado de una cláusula de protección de inversores extranjeros, conocida como ISDS (Investor-State dispute settlement), y que supone la creación de tribunales internacionales de arbitraje donde las multinacionales podrán acudir para denunciar a los Estados cuyos gobiernos aprueben normas que atenten contra sus beneficios, presentes o futuros.

El asunto se examinó la semana pasada en el Congreso de los Diputados, durante el debate de una PNL de la Izquierda Plural sometida a consideración de la Comisión de Economía.

La propuesta instaba al Gobierno español a comprometerse públicamente a rechazar el Tratado en caso de que el acuerdo incluya esta cláusula. Se basa para ello en las consecuencias que este mecanismo ha dejado en algunos países.Mientras que en los años 90 apenas se contaban una docena de casos, a finales de 2013 ya se acumulaban 268 demandas contra 98 países.

Entre los casos citados por la PNL de la Izquierda Plural están las más de 40 denuncias recibidas por el Gobierno argentino por parte de multinacionales que denuncian pérdidas económicas, presentes o futuras, por decisiones gubernamentales; los 2.300 millones de dólares que Ecuador ha tenido que pagar a una petrolera, o los 900 que ha tenido que desembolsar Libia por un proyecto turístico.

LAs CIFRAs que la industria dio en arlington

790.000

Tal y como señala la PhRMA, la industria biofarmacéutica innovadora contribuyó con aproximadamente 790.000 millones de dólares a la economía estadounidense en el año 2011. No solo eso, sino que además empleó directamente a 810.000 personas, cifra que la patronal de la industria innovadora europea amplió con otros 700.000 empleos.

5.400

Aún más importante que los beneficios que la industria farmacéutica innovadora reporta a las economías europeas y norteamericana es, para la PhRMA, su papel en la mejora de la salud global.

Actualmente, dijo hay más de 5.400 medicamentos en desarrollo en todo el mundo, el 70 por ciento de los cuales podrían ser 'los primeros en su clase'.

83

Otro de los motivos por los que según la industria el TTIP debe hacer valer sus propuestas es su aportación de cara a los pacientes, por ejemplo para los oncológicos, cuya esperanza de vida ha aumentado un 83 por ciento desde 1980, debido en parte a los avances de esta industria.