Cuestionan la inyección de adrenalina en los pacientes infartados
La administración de epinefrina, que ayuda a reanimar el corazón, puede aumentar la probabilidad de muerte o daño cerebral de los pacientes con paro cardiaco, según un estudio publicado en Journal of the American College of Cardiology. La epinefrina, también conocida como adrenalina, es una hormona que estimula el corazón y promueve el flujo sanguíneo. Directrices internacionales recomiendan la administración de 1 mg cada 3-5 minutos durante la reanimación cardiaca.
«El papel de la epinefrina es cada vez más cuestionable», dice la autora principal del estudio, Florencia Dumas, del Centro Cardiovascular de París,. El estudio pone de relieve usar con precaución la epinefrina, ya que a los pacientes que recibieron dosis más altas les fue peor que aquellos con dosis más bajas.
Este experta señala que el estudio pone de relieve la necesidad de precaución al usar la epinefrina porque sus resultados se suman a la creciente evidencia que sugiere que el fármaco perjudica las posibilidades de sobrevivir más allá del periodo posterior a la reanimación con la función cerebral de los pacientes intacta, a pesar de
sus efectos en el reinicio del corazón, es decir, el retorno de la circulación espontánea o ROSC, por sus siglas en inglés.
Dumas y sus colegas analizaron los registros hospitalarios de más de 1.500 personas ingresadas en un hospital parisino grande durante un periodo de 12 años. Los pacientes incluidos en el análisis habían sufrido un paro cardiaco fuera del hospital, se les había reanimado y logrado ROSC. Casi tres cuartas partes de ellos habían recibido al menos una dosis de epinefrina.
El primer resultado analizado fue si habían sido dados de alta del hospital con el funcionamiento cerebral normal o sólo moderadamente comprometido. El 63 por ciento de los pacientes que no recibieron epinefrina obtuvieron este resultado, en comparación con sólo el 19 por ciento de aquellos a los que se les administró el fármaco.
A los pacientes que recibieron dosis más altas de epinefrina les fue peor que aquellos con dosis más bajas. En comparación con las personas a las que no se les puso epinefrina, aquellas que reciben dosis de 1 miligramo eran un 52 por ciento más propensas a tener un mal resultado y las que recibieron 5 miligramos o dosis más grandes, un 77 por ciento más propensas a registrar un mal resultado.